Existe en la Palabra de Dios, un concepto bien sencillo para comprender qué identifica la “Casa de Dios” con la vida del creyente. El apóstol Pablo por ejemplo, llama iglesia en su primera carta a Timoteo, a “la casa de Dios”, pero tambièn la identifica como...“la iglesia del Dios viviente.
Así que, recordemos siempre que vayamos a una reunión fraternal, servicio de adoración y oración o estudio bíblico, etc., etc. está bien decir que vamos a la Iglesia. Pero así mismo, no debemos olvidar que somos la iglesia. La iglesia no es un lugar, no está amarrada a un edificio. Los seres humanos, somos la verdadera morada de Dios.
Entonces seamos bienvenidos a nuestras casa de oraciòn particular
"Gracia y paz a vosotros, de Dios Padre y del Seños Jesucristo" Efe:1:2
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